21 febrero 2018

Por qué todas las empresas buscan titulados con Máster MBA

Máster MBA

Un porcentaje muy elevado de los anuncios que las empresas publican para reclutar directivos incluyen un elemento común: imprescindible MBA. O bien: Se valorará muy positivamente un máster MBA.

No se trata de una moda pasajera ni del capricho de un director de recursos humanos especial. Las empresas necesitan ponerse en manos de profesionales cualificados para dirigir las organizaciones hacia el éxito, porque en ello va su propia existencia y su capacidad para crecer y diversificarse en los mercados globales.

Si analizamos la formación de grado de los directivos de las grandes multinacionales descubrimos muchos ingenieros, algunos economistas y abogados. También hay especialistas en áreas concretas, vinculados a empresas de su sector: biólogos, periodistas, químicos, farmacéuticos… La primera conclusión es que la formación inicial no es tan relevante como el postgrado, en el que coincide un altísimo porcentaje de los CEO y altos directivos de estas empresas, a través de las siglas mágicas que abren las puertas de las plantas nobles de las compañías: MBA: Master en Business Administration.

 

¿Qué supone para los empleadores el hecho de que los aspirantes a un trabajo presenten como credencial un Máster MBA? Para empezar, un valioso filtro que elimina a un alto porcentaje de quienes han aplicado a la oferta de trabajo. Eso, en procesos complejos en los que el volumen de currículos supera el millar, es una gran ventaja.

 

Pero al margen de esa cuestión, el Máster en Administración de Empresas garantiza que quien ha obtenido el postgrado cuenta con una formación enfocada 100% a la gestión empresarial, que incluye elementos clave como contabilidad financiera, finanzas corporativas, control de gestión, valoración de activos, contabilidad de costes, marketing, estrategia, gestión de recursos humanos y comportamiento organizacional, entre otros. Conocimientos que provienen del ámbito de la economía, pero también de la psicología y la organización industrial, entre otros.

 

¿Quiere esto decir que esos conocimientos solo se obtienen a través de este tipo de máster? No, forman parte del plan de estudios de varios grados, pero obtenidos de forma conjunta a través de un modelo de enseñanza de un máster en administración de empresas su valor se multiplica. Y la enseñanza en la escuela de negocios suele ser distinta a los modelos académicos de muchas universidades, en las que los profesores son grandes especialistas en su área de conocimiento, pero con poca o nula experiencia profesional fuera de la docencia y la investigación.

 

Por esa razón, las empresas valoran no solo la formación, sino la forma en la que se ha adquirido. Para empezar, el método del caso, utilizado por la mayoría de las escuelas de negocios como eje de la docencia desde hace más de un siglo, familiariza a los profesionales con las situaciones reales a las que debe hacer frente la dirección de una empresa. Y el pensamiento lateral (un método de resolución de problemas basado en enfoques indirectos y creativos) es otra de las técnicas de enseñanza de los Máster en Administración de Empresas que más valoran los empleadores.

 

En último término, de lo que se trata es de que quienes superan el master sean capaces de hacerlo pensando con los criterios y las reglas que se usan en el mundo empresarial, que no necesariamente encajan siempre con la teoría académica. Las empresas no pueden poner en manos de profesionales más o menos desconocidos sus áreas estratégicas, de forma que los Máster en Business Administration acreditan a quienes los poseen unas aptitudes, pero también unas actitudes, que encajan perfectamente con el mundo de los negocios.

 

De hecho, lo que sucede desde hace diez años es que los destinos tradicionales de los egresados con un Master en Business Administration, generalmente ligados a la banca de inversión, han ido dejando paso a otro tipo de empresas más diversificadas, como las tecnológicas, farmacéuticas o las compañías de distribución.

 

Hay otro perfil profesional minoritario pero que conviene tener en cuenta por su capacidad de crecimiento. Se trata de las start ups: empresas tecnológicas emergentes que crecen al calor de las TIC, y que en su fase de consolidación necesitan de directivos con una visión global capaces de hacer factible el desarrollo de este tipo de firmas, cuya tasa de supervivencia no alcanza el 10% a partir del tercer año. En estos casos también ocurre es que son los propios emprendedores los que cursan el Master en Administración de Empresas para obtener una base de conocimiento empresarial con la que “arropar” la idea de éxito y su desarrollo.

 

En grandes empresas o firmas familiares, dentro de multinacionales o como parte de pymes especializadas en un mercado, el valor de un título MBA sigue cotizando al alza. Por eso miles de estudiantes se matriculan en este tipo de programas cada año. Y por eso es importante el proceso de selección del centro donde cursarlo.

 

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